Un hombre muy pobre fue arrestado y encarcelado por robar dos sacos de trigo. Tan injusta era su condena que empezó a pensar cómo salir. Llamó al carcelero y le pidió una cita con el rey, asegurando que tenía un tesoro muy valioso para él. Una vez ante el monarca, le dijo: «Su majestad, esta semilla es muy especial. Si la planta una persona honrada, que nunca haya robado ni mentido, crecerá de ella un peral en el que madurarán peras de oro. Si no es así, el peral solo ofrecerá las peras de siempre. Así que os la ofrezco a vos, que seguramente nunca habéis robado ni engañado a nadie». El rey contestó que de pequeño le había robado un moneda de oro a su madre y rehusó el ofrecimiento. «Que la plante vuestro canciller», le contestó el hombre. Pero también declinó la oferta. Lo mismo hicieron el comandante del ejército real y el juez. Ante tantas negativas, el preso se puso a reír y dijo: «Todos vosotros, aunque tengáis cargos importantes. robáis, mentís y engañáis y no por eso estáis en la cárcel. Y yo, que robé tan solo dos sacos de trigo para dar de comer a mi familia, debo seguir encerrado». Ante tal argumento, el rey lo liberó. Recuerda que todos podemos tener algo que ocultar o callar, por lo que no debemos criticar o condenar a los demás por lo que quizás hemos hecho nosotros también.
Pronto, 25 de febrero de 2019
Salma says
En esta pequeña fábula se puede ver hasta dónde puede llegar la hipocresía. Injustamente encarcelan al pobre hombre por querer dar de comer a su familia, él no roba por gusto, él lo ha hecho por la necesidad que tenía.Todos podemos tener algo que ocultar o callar, por lo que no debemos criticar o condenar a los demás por lo que quizás hemos hecho también nosotros alguna vez.
Andrés Zúñiga says
Una fábula muy interesante que habla de la hipocresía. Cierto es que muchos criticamos a las personas cuando nosotros mismos hemos cometido hechos similares. Eso no quiere decir que no podamos juzgar a los demás. Creo firmemente que cualquier persona puede denunciar los errores de otra incluso si los ha cometido él o ella mismo en el pasado. De hecho, creo que la mejor forma de proceder ante cualquier error es cuando el que juzga tiene una experiencia previa.
Marwa says
Esta fábula es un claro ejemplo de hipocresía; han condenado a un hombre por robar por necesidad, y ha sido muy injustamente cuando los que lo encarcelaron también hicieron lo mismo alguna vez. Cada uno debería pagar por sus “delitos” pero todo el mundo debería ser igual ante la ley y no escapar de las consecuencias solo por el lugar que se ocupe dentro de la escala social. Obviamente, lo que hizo el hombre no estuvo bien pero él no lo hacía porque quisiera sino para darle de comer a su familia; sin embargo, el rey, por el contario, le había robado una moneda a su madre solo porque le apetecía.
DIOSAURIS REYES says
Esta fábula es un claro ejemplo de que, aunque tengas un puesto importante o seas el mismo rey, siempre hayas cometido un error lo llevarás contigo hasta el dia de tu muerte. Acciones o delitos así son los que nadie puede evitar. No se debe juzgar a nadie por algo que cualquier persona normal puede cometer.
Gladys says
Me ha gustado bastante esta fábula porque nos demuestra las injusticias que hay en el mundo, porque a aquel hombre no robaba por gusto sino que lo hacía simplemente para poder alimentar a su familia y por eso lo encarcelaron y condenaron injustamente. Todo el mundo alguna vez habrá cometido algún error, como aquel pobre hombre, cuyo error, más que delito, fue robar sacos de trigo; con demasiada frecuencia juzgamos sin antes saber cuál ha sido la causa.