Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado, del difunto emperador. «¿Veis? -dijo – Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser el emperador». El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.
Marco Denevi
Sergio Larumbe says
En mi opinión, esta maravillosa historia tiene mucho que enseñarnos sobre el egoísmo y la avaricia humana. A mi parecer, el pueblo hizo mal al matar a Wang Mang, dado que si el imperio había prosperado durante su liderazgo secreto ¿por qué no iba a prosperar durante su ya conocida custodia del trono? Pero, Wang Mang debería recibir también una pena, no de muerte, pero una pequeña condena puesto que no debería haber ocupado el trono en secreto o ocultar el cadáver del antiguo emperador, Wu Ti. Si yo hubiese sido uno de los habitantes del pueblo, no habría permitido el asesinato de Wang Mang pero tampoco habría permitido que gobernarse. Lo único que demostró Wabg Mang al ocultar el cadáver y ocupar el trono es que su avaricia no tenia limites y que ansiaba el trono más cualquier otra cosa.
Ander Pascucci Pio says
En primer lugar, tenemos que situarnos en la época en la que ocurre este hecho, unos años antes del año 0, cuando era muy normal que la gente deseara el poder e intentara llegar a él por cualquier medio posible. Aun así pienso que Wang Mang actuó de una manera muy egoísta y se merecía un castigo por lo que hizo, pero no la muerte. También fue un hombre inteligente porque hizo de su imperio uno grande él solo y fingiendo que el emperador seguía vivo. Finalmente, pienso que la gente se dejó llevar un poco por la superstición de que un emperador era como un dios y perdieron a una persona muy importante para su imperio.