Pasó su vida en cuarentena. Mary Mallon ha pasado a la historia como María la Tifoidea. Esta cocinera irlandesa era portadora sana del tifus: nunca tuvo síntomas pero lo contagiaba; dejó un reguero de enfermos en las casas en las que trabajó. En 1907 se la identificó como responsable del contagio de 53 personas -tres de las cuales murieron- y estuvo tres años en cuarentena en un hospital. Salió y provocó un nuevo brote al incumplir su promesa de no trabajar como cocinera. Ante su negativa a seguir las normas para evitar el contagio, terminó aislada hasta su fallecimiento, en 1938.
El semanal, 1 de marzo de 2019
Diego Sampayo Rodríguez says
Este texto me ha llamado mucho la atención, ya que tiene que ser duro estar aislado hasta tu fallecimiento y no poder realizar actividades que te gustan. Por parte de Mary Mallon,su actuación creo que estuvo mal y mal que, pese a que le dijeran que no podía trabajar de cocinera, lo hiciera. El castigo pudo haberlo evitado si hubiese seguido las normas que le indicaron. Se habría evitado la cuarentena que le impusieron hasta el final de su vida. Seguramente hubiese podido buscar una solución para no contagiar a nadie y buscar otra profesión que pudiese desempeñar.
Aya Benhallou says
Este texto está muy relacionado con lo que estamos viviendo ahora mismo en el mundo. Esta mujer no obedeció las normas en ningún momento y por eso acabó aislada hasta su muerte. Lo que está claro aquí es que, en parte, fue su culpa el haber tenido que estar encerrada hasta fallecer. Si hubiera acatado las normas y cumplido con los protocolos que le sugirieron, Mary hubiera tenido una muerte digna y habría podido hacer todo lo que quería antes de morir. Sin embargo, ella decidió seguir haciendo lo que quería y pagó por el error que cometió. Ella podría haberlo evitado acatando las normas que le comunicaban, habría evitado muertes y nuevos contagios. Igual pensó que si ella no sufría con esa enfermedad, entonces los demás tampoco, pero no hay que pensar siempre en uno mismo, sino en la gente que nos rodea y tratar de que ellos estén bien. La gente a veces no se lo toma en serio, y luego les pasa factura… a ellos y a los demás.
Angely Nicolle Alemán Cruz says
Desde mi punto de vista, este texto refleja lo que estamos viviendo ante la pandemia de la covid-19. Si nadie cumple las normas, más adelante pasará factura. En este mismo Plan lector, tenemos un claro ejemplo de esta mujer (Mary Mallon) que, por desobedecer, pasó su vida encerrada hasta el momento de morir. Este escrito hace alusión a la actualidad, por ello brinda una gran ocasión para la reflexión y para que tomemos conciencia. Aunque parezca imposible, si dejamos actuar a los expertos y acatamos las órdenes, saldremos de esta mala situación.
Elisabet Davidova Hadzhieva says
Este texto me ha dado pena ya que todos ya sabemos lo difícil que es estar encerrados sin poder salir; imagínate estar aislado hasta tu fallecimiento. En parte, es su culpa por no haber seguido las normas que le impusieron; es más, podría ser un buen ejemplo para las personas que no siguen las normas contra la COVID-19 hoy en día. Mary Mallon podría haber evitado su desgraciada muerte si hubiese seguido lo indicado.
Asiri Solano Minaya says
Este texto me ha llamado mucho la atención ya que refleja una pandemia similar a la que estamos viviendo ahora. Me da bastante pena que Mary muriera después de haber estado encerrada durante tanto tiempo, pero, en parte, ella tuvo la culpa, porque si hubiese cumplido las normas que se le habían dado, no habría terminado encerrada hasta el día de su fallecimiento. Aunque, si lo piensas bien, es muy difícil estar toda tu vida sin hacer algo o una afición que te gusta. Ella no asumió lo que suponía seguir trabajando de cocinera (algo que supongo le encantaba) y provocó inconscientemente un hecho, que seguramente ella no quería: el contagio y la muerte de muchas personas, incluyéndose a ella misma. Otra posibilidad es que hiciera eso queriendo, lo que es muy escalofriante, absurdo, insensato, irracional y egoísta. Supongo que la respuesta no será esta; aunque nunca lo sabremos.