Un antiguo prisionero de un campo de concentración fue un día a visitar a un amigo que había compartido con él tan traumática experiencia. Unido por un mismo dolor, de tanto en tanto, solían encontrarse para hablar de sus vidas y para evocar aquel terrible tiempo de horror y crueldad. En aquella ocasión, tras saludarse afectuosamente, la conversación recayó de nuevo en aquel tiempo pasado y en los recuerdos que, sin poder evitarlo, afloraban en sus mentes. En un momento de la conversación, viendo que su amigo seguía muy obsesionado con todo lo vivido años atrás como presos, le preguntó con curiosidad: «Amigo mío, yo ya he dejado atrás todo lo que nos hicieron los soldados del campo de concentración pero, tú, ¿has conseguido olvidarlos?». «Pues no, me acuerdo de ellos todos los días y debo reconocer que aún sigo odiándolos con toda mi alma», contestó con rabia. «Entonces, debo decirte que todavía siguen teniéndote prisionero», apuntó apaciblemente su compañero.
Nor Boulgriet says
En mi opinión, esto representa a la perfección un trauma o un mal recuerdo. Un trauma no se desvanece una vez que el problema acaba, se desvanece cuando tú crees que el problema se ha acabado, ya que si no es así, el trauma te seguirá afectando.
Mireya Villaverde says
En mi opinión, este texto refleja que un trauma o un problema no solo concluye cuando se ha solucionado sino que, quieras o no, te marca de por vida. Creo que lo que nos quiere hacer ver es que tú decides si pasar página o seguir encerrado en un trauma. Porque si sigues obsesionado con ello e impides que el problema pase, al final, seguirás preso de aquella pesadilla y estarás encerrado, lo que impedirá que sigas adelante con tu vida. En cambio, si decides pasar página podrás apreciar la suerte que has tenido e incluso sacar de ello una enseñanza. Por lo contrario, si sigues encerrado en aquella experiencia y no dejas que tu mente se libere jamás conseguirás escapar.
Adel says
En mi opinión, el texto representa a la perfección los miedos del ser humano. El miedo no solo ocurre cuando está pasando la acción que lo produce, sino también sucede por el temor a que vuelva a ocurrir o por el simple recuerdo de lo sucedido. En este caso, además, lo que le dice el personaje a su amigo es que, si sigue viviendo con la rabia y con el odio, nunca logrará olvidarse de lo sucedido en el campo de concentración.
Lohany Costa says
Este texto representa con claridad el conocido dicho de «nosotros mismos somos nuestro peor enemigo», de Pierre Teilhard de Chardin. En mucha ocasiones, como en el texto, nos ocurren experiencias traumáticas que cuesta olvidar, y solemos, con frecuencia, seguir alimentando estos traumas sin percibirlo, que es lo peor. A fin de cuentas, nunca estarás libre de odio o rencor; si tú no das el primer paso para superarlo, ya nadie lo hará por ti. Por último, otro ejemplo de que nosotros somos nuestro peor enemigo, aparte del que nos muestra este texto, es que difícilmente nos paramos y decimos: «Oh, qué guapa estoy hoy!» o, «¡Qué bien me ha salido el trabajo!». Por lo contrario, nos criticamos y autocomparamos con otros.
Bella says
A mi parecer, este es un texto de reflexión individual. Refleja un aspecto muy importante de nuestra vida, basándose en una experiencia complicada, personal y real. Considero que, como el texto dice, hasta que uno no aprenda a perdonar, no logrará vivir en paz. El rencor y el odio es lo que hace miserable a uno. Por mucho daño que te haya causado alguien, cada individuo es responsable de sí mismo. Cada uno de nosotros tiene la opción de ser más fuerte que tus adversidades, y por mucho que el pasado no se olvide, es cuestión de nosotros aprender a convivir con ello para poder vivir la vida lo mejor posible.