Una plaga de termitas se come todos los ahorros de un granjero indio. Bijli Jamalayya, un granjero de 37 años del estado indio de Andhra Pradesh, sufrió la conmoción de su vida esta semana al abrir el baúl donde tenía guardados más de 500.000 rupias (cerca de 5.687 euros) de ahorros, informa The Times of India. El agricultor, necesitado urgentemente de fondos para su negocio, abrió su viejo cofre de metal y descubrió horrorizado que los ahorros de toda su vida habían sido destruidos por termitas, que royeron grandes agujeros en los fajos de billetes hasta dejarlos inutilizables. El hombre guardaba el dinero para construir una casa.
Diario de noticias, 27 de febrero de 2021
Sara says
Esta noticia me ha parecido devastadora. No me puedo ni imaginar lo que debió haber sentido Bijili al encontrarse los ahorros de toda su vida destruidos. Me ha parecido curioso que unas termitas devoraran billetes, por lo que he decidido investigar un poco, aunque no he encontrado nada. Lo que sí he encontrado es que «consumen celulosa en todas formas», y esa es la razón por la que devoraron toda la fortuna del hombre. Este texto también me ha enseñado que tengo que tener más cuidado con el lugar donde guardo mis ahorros.
María says
Lo que esta texto quiere transmitir es que todas tus cosas valiosas deben ser cuidadas muy bien, a decir verdad, deberiamos cuidar todos nuestros objetos. Creo que esta señor Bijil Jamalayya granjero de 37 años, ha aprendido una buena lección. Seguro que para la próxima vez se lo piensa mejor antes de guardar lo ahorros de su vida en un viejo cofre de metal. Quiero terminar con un refrán que así dice: APRENDER UNA LECCIÓN DE CADA ERROR SE LLAMA EXPERIENCIA.
Asiri Solano says
Esta noticia me ha parecido un tanto inusual. Las termitas, según tenía entendido, se alimentaban principalmente de madera, pero ¿de billetes? Me da mucha pena Bijli; no me puedo imaginar cómo sería para mí perder los ahorros de mi vida. Seguro que él pensaba que ese cofre de metal era muy seguro para guardar las 500.000 rupias y que nadie ni nada podría robárselas o llevárselas, ¡pero se olvidó de las termitas!