Cuesta creer que entre tantos miles de trozos de papiros antiguos no se encontrara ninguno que explicara cómo se hace el papel. En la década de 1960, un científico egipcio se pasó tres años trabajando para redescubrir este proceso. Primero tuvo que recoger los tallos de papiro, cortándolos cerca de su base. Luego arrancó la capa exterior y cortó el núcleo, de un blanco amarillento, en tiras de igual grosos y longitud. Después de empaparlas en agua, entrecruzó las tiras formando dos capas, una en sentido horizontal y otra en sentido vertical. A continuación machacó la hoja para romper las fibras y liberar el pegamento natural que mantiene unida las capas. Finalmente prensó con un piedra la hoja hasta que quedó seca y lisa. ¡Ahí lo tienes: papel de escribir!
G. Richardson/ K. Rosen, 10 plantas que cambiaron el mundo