Jean-Dominique Bauby era un hombre de éxito y una de las personas más influyentes de la prensa francesa. Desafortunadamente, en 1995 sufrió un accidente cerebrovascular que lo llevó a estar tres meses en coma y, tras despertarse, estar postrado en la cama del hospital y sin poderse mover durante los dos años siguientes que le quedaron de vida. Pero dentro de la imposibilidad de moverse había una cosa que sí podía hacer: parpadear con el ojo izquierdo, algo que le permitió comunicarse con la enfermera que lo atendía, y a través de un sencillo alfabeto que creó la logopeda Sandrine Fichou podía dictar mensajes para sus familiares y amigos a través de ir parpadeando. Este método de comunicación lo llevó a dictar, a través de doscientos mil parpadeos, un libro titulado La escafandra y la mariposa, que salió a la venta en 1997, convirtiéndose en todo un best seller. Su autor no podría disfrutar del éxito, puesto que tan solo dos días después de haber sido publicado el libro, fallecía a causa de una neumonía.
Alfred López, Vuelve el listo que todo lo sabe, 2015
Adriana Catalán says
Este texto me ha parecido muy interesante y sorprendente porque explica cómo a una persona con tanta influencia y éxito le cambia la vida radicalmente por culpa de un accidente cerebrovascular que lo deja inmovilizado. Lo único que puede hacer es parpadear con el ojo izquierdo. A pesar de esto, lo que me parece asombroso es que, con la ayuda de un sencillo alfabeto, consigue comunicarse con la gente de su entorno y dictar, a través del parpadeo, su propio libro. Creo que su actitud enseña lucha y voluntad. Bauby decide aprovechar y disfrutar del tiempo que le queda haciendo algo que le gusta en vez de lamentarse por sus desgracias, como hubieran hecho otros. Tristemente, no puede disfrutar de su gran logro, la publicación del libro, porque fallece poco después de esta. Aun así, en mi opinión es un excelente ejemplo de superación, pues nos enseña que siempre va a haber problemas en nuestras vidas, pero que, por muy difíciles que sean, hay que aprender a seguir adelante buscando una solución y disfrutar del tiempo del que todavía disponemos, que es muy valioso.
Aitor García says
El protagonista de este texto es un ejemplo para todos ya que en su difícil situación consiguió poder hablar y relacionarse con una persona tan solo con los ojos. Todos nos hemos encontrado alguna vez en un momento complicado y nos ha costado salir adelante. En la mayoría de los casos habrá sido un problema de menor gravedad que el de esta persona. Si nos encontrásemos en la situación de Bauby, probablemente la mayoría de la gente se habría dado por vencido y nunca habría podido buscar una solución para el problema. En el caso de encontrar una manera de relacionarse como lo consiguió el paciente también hay que enseñar el idioma al receptor y eso no habría sido muy fácil ni para la enfermera ni para Jean-Dominique Bauby. Además, escribir un libro con un lenguaje completamente inventado tiene mucho mérito. Por estas razones, para mí, Jean-Dominique es un ejemplo de superación y de poder salir adelante ante circunstancias complicadas que de vez en cuando pasamos.