Un estudio realizado en dos centros educativos de EEUU determina que retrasar una hora el inicio de las clases en el instituto favorece que los alumnos duerman más y, como consecuencia, luego rindan mejor en las clases. Los jóvenes que formaron parte del estudio durmieron una media de 34 minutos más con el cambio de hora, lo que supone el 8% más de tiempo de sueño. Esto hizo que las notas medias de los estudiantes de la clase de Biología, la que se analizó, mejoraran el 4’5%.
Pronto, 28 de diciembre de 2019