El pasado 6 de diciembre durante el vuelo 588 de American Airlines desde Orlando a Filadelfia, un pasajero generoso sentado en primera clase decidió cambiar su asiento para una madre que viajaba con su bebé enferma. Kelsey Zwick y su hija Lucy viajaban a Filadelfia para que Lucy de 11 meses pudiera recibir tratamiento para una enfermedad pulmonar crónica en el Hospital de Niños de Filadelfia. Zwick se sorprendió al ver que una asistente de vuelo se acercaba y le decía que el hombre de primera clase estaba esperando para cambiar de asiento con ella. La joven madre dijo que no pudo contener las lágrimas y lloró mientras se dirigía al nuevo lugar. El asiento de primera clase permitió un espacio adicional para el tanque de oxígeno de la pequeña y otras comodidades.
https://www.planetacurioso.com/2018/12/11
Sergio Mérida says
Me parece que ha sido un gesto solidario por parte del señor el cederle el asiento de primera clase a la madre y su hija enferma. Demuestra que aún existen personas que anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias. Creo que la generosidad no abunda demasiado en la sociedad actual y si hubiera más personas como él en el mundo, este sería mucho mejor.
Marie Therese says
Sinceramente, creo que un señor como ese no se ve todos los dias. Es muy amable, y en esta época no es que haya mucha gente así. La gente de hoy en día es un poco engreída, codiciosa… Pero, obviamente, no todos son así. Creo que haberle cedido su asiento a la mujer con su hija enferma demuestra que se preocupa por los demás, da igual que sean desconocidos. Los azafatos de ese avión son muy majos porque le dan a la bebé un tanque de oxígeno para que pueda respirar bien, y también para que no le dé un ataque o sufra algún problema durante el viaje en avión. La madre, seguramente, tuvo que estar muy agradecida por la amabilidad del señor tanto que se puso a llorar. En fin que me gustaría que hubiese muchísima más gente así en el mundo.
Karla Chaneiris Ramos Peña says
Me parece un gesto muy amable de parte del señor ya que a día de hoy no se suelen encontrar muchas personas como él, si hubiera más gente como este hombre viviríamos en una sociedad muy distinta. Es normal que Zwick se conmoviera y se le saltaran las lágrimas. Si en un futuro me tocara vivir la misma situación, sin duda alguna haría lo que hizo este señor. Fue un gesto increíble de su parte.
Lander Mosquera says
Es un gran gesto por parte del señor. Hace falta más gente como él. Tuvo tanta empatía con la mujer que decidió ayudarla. Si hubiera más gente como él, el mundo daría un
giro de 180 grados. Los superhéroes existen y no llevan capa-
Irati Medina says
Es un gesto muy bonito que puede hacer una persona por una mujer embarazada o un bebé con una enfermedad. El hombre demuestra que aún hay personas con empatía de verdad para cederle a la mujer el asiento. Esa mujer se mostró muy agradecida por la acción que tomo el señor hacia ella. Yo, si fuera el señor haría lo mismo por la señora; normal que la señora se emocionara, a mí también me pasaría.
Salma says
Me ha parecido tan bonito. Se trata de un gesto tan brillante que te entra una gran alegría al pensar que quedan personas con tan buen corazón y con una empatía como la de ese gran SUPERHÉROE y su comportamiento con la mujer que ayudó e hizo que se sintiese cómoda junto a su pequeña. Esta madre sintió tanta emoción por aquel hecho que la hizo llorar. Qué bonito… Pienso que algún día habrá más gente como ese hombre y el mundo cambiará por completo.
Francina says
A mí me ha parecido un gesto muy solidario porque el señor, sin conocer a la madre ni a la hija, les cede su asiento en el avión de primera clase solo para que vayan más cómodas. Aquí se da a conocer cómo en el mundo quedan personas con humildad y tacto. Y aunque creo que en esta sociedad no quedan muchas personas con tan buen corazón, con este articulo podemos aprender que cuando alguien lo necesite, y nosotros podamos, hay que prestar ayuda.
Asiri Solano says
En mi opinión, ha sido un gesto muy humilde y generoso por parte del señor, ya que ha renunciado a un asiento más cómodo por el que había pagado más con el fin de tener más comodidad (más espacio, servicio más atento…). Sin embargo, considero que ese gesto también lo podrían haber realizado los agentes del embarque de la aerolínea al ver las condiciones en las que se encontraba la pequeña Lucy (con una bombona de oxígeno). De todos modos, el «extraño» señor fue muy atento al dejar su asiento a la madre y a su hija; no todas las personas tienen tan buenos detalles. Lo que yo no he podido averiguar es si la azafata o la madre preguntaron si alguien podría ceder su asiento, o si fue el amable señor el que se ofreció directamente.