Con el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono en la ciudad, Viena ha puesto en marcha un proyecto piloto que regala entradas para teatros, museos o conciertos a aquellos ciudadanos que más utilicen el transporte público o bien vayan a pie o en bicicleta. Para ello, se ha creado una aplicación que registra los movimientos del usuario y su método de transporte. Cuando esta herramienta calcula que se ha evitado la emisión de 20 kilos de dióxido de carbono en comparación con los mismos traslados realizados en coche, el ciudadano recibe una ficha que puede cambiar por la entrada a alguna de las instituciones que colaboran en el proyecto.
Pronto, 17 de febrero de 2020
Nahia Asenjo says
A mí me parece que la iniciativa es muy buena, ya que fomenta el uso del transporte urbano, y evita así una masificación de transporte privado con lo que conlleva, atascos, polución, ruidos, etc. Yo fomentaría más el uso de la bici o el ir andando, ya que hoy por hoy el transporte público también es contaminante. La iniciativa estaría aún mejor si el transporte público fuese eléctrico o fuera impulsado por combustible no contaminante. En cuanto incentivar a la población con un premio siempre es positivo, aunque lo que deberíamos alcanzar en un futuro es hacerlo sin recibir nada a cambio.
Javier Elcano Barbero says
Me parece que esta iniciativa está muy bien para que los ciudadanos usen más el transporte urbano; no obstante, puede que sea excesivo, ya que el ver esto mucha más gente irá en autobuses. Es decir, la gente que lo usa regularmente seguirá yendo, ahora con más motivo y frecuencia; quién sabe si, al final colapsen los servicios o, simplemente, los autobuses y transportes urbanos acaben excesivamente llenos. Por otro lado, si tienen que regalar unas entradas a un teatro o a un evento a cada una de las miles que utilizan el transporte diariamente, seguramente se acabe pronto con el presupuesto para esta iniciativa o simplemente acabe por suprimirse el premio por cada viaje. Sin embargo, el tiempo que dure este proyecto puede ser muy buena idea.
Giulietta Bulanti says
Me parece una muy buena idea la iniciativa tomada por Viena. Muchas veces, la gente hace las cosas con más motivación si se les da un premio (independientemente de que haya muchos que sean solidarios con el medioambiente motu proprio). De este modo los ciudadanos ayudan a reducir la cantidad de dióxido de carbono y a la vez consiguen una recompensa por ello. Mi única pega es qué pasará cuando este proyecto se finalice (no creo que puedan mantenerlo para siempre). ¿Seguirá la gente comportándose de la misma manera que cuando obtenían un premio? De momento, parece estar dando resultado y confío en que los habitantes de Viena se preocupen más por el medioambiente que por el premio que reciben.
Bella Isaeva says
Desde mi punto de vista, esta iniciativa por parte de Viena para reducir el exceso de gases en nuestra atmósfera es muy eficiente además de muy útil. No solo está parando la emisión masiva de CO2, sino que también está educando a los ciudadanos a adaptar otros medios de transporte, los cuales pueden incluso beneficiar su salud (a pie o en bici). Por otra parte, creo que al dar premios, quizás los participantes no sean del todo conscientes del objetivo real: el impacto medioambiental y del mero propósito de la actividad, que es reducir la contaminación. Quizás en un futuro, con la ayuda de la educación, se normalice más el uso de transporte público, aunque para un comienzo, no está nada mal motivarlos con regalos.
Dona says
Desde mi punto de vista, este método es muy motivador además de efectivo. Con premios como esos nadie dudaría en apuntarse. Se reduce la emisión de dióxido de carbono en la atmósfera y de otros gases tóxicos. De esta manera, ayudamos al planeta y hacemos más deporte del que haríamos habitualmente. Me parece buena la idea aunque solo al principio. No se pueden seguir dando este tipo de premios de motivación dentro de treinta años. Esto debería enseñarnos a ser más responsables con el medio ambiente y con nuestra propia salud. Si nos educamos de esta forma, dentro de treinta años lo haremos como parte de nuestra rutina diaria.
Sergio Larumbe says
Me parece maravilloso que Viena haya desarrollado este proyecto para reducir el dióxido de carbono que destruye la capa de ozono. Es genial que una capital tan importante como esta se preocupe por el medio ambiente y que premie a la gente que reduce la contaminación. Sin embargo, durante esta pandemia, no es recomendable utilizar el transporte publico ya que no permite que la distancia de seguridad sea posible y aumenta la posibilidad de que alguien se contagie. Utilizar el transporte publico también o ir en bicicleta también trae otros beneficios como evitar atascos o el aumento de la polución acústica. Lo único que no me gusta es que esté controlado a través del móvil ya que no me agrada que sepan dónde estoy o por dónde me muevo. A mi me encantan el teatro y el cine así que si viviese en Viena utilizaría el transporte publico para disfrutar de mis aficiones más a menudo.
Sara Zurita says
Me parece una buena idea la iniciativa que ha hecho Viena al premiar a las personas que usen el transporte público, bicicletas o vayan andando. Sin embargo, y desde mi punto de vista, ¿acaso somos niños que necesitan que les den un premio por hacer algo bien? Yo creo que no, pero eso es lo que estamos demostrando con estos «premios» (aunque no hay que meter a todos en el mismo saco). Tendríammos que tener voluntad: si tú sabes que yendo en coche a se daño al medioambiente pues deja el coche y vete en bicicleta o andando. Además, habrá personas que no se pueden permitir un coche y por esa razón se desplacen en bicicleta o andando. Tenemos que dar ejemplo con nuestro actos, ´más todavía en una sociedad en la que, demasiado a menudo, todo es de palabra.