Uno de los hechos más curiosos ocurridos en la entrega anual de los Oscar de Hollywood tuvo lugar en la ceremonia de 1938. La actriz Alice Brady, por tener un tobillo roto, no pudo recoger en persona la estatuilla correspondiente a la mejor actriz secundaria, que había obtenido por su trabajo en la película Chicago. Un caballero no identificado lo hizo en su nombre. Sin embargo, la sorpresa saltó cuando días después la actriz confesó que no había enviado a nadie en su lugar. Nadie supo encontrar al personaje que la recogió, y por supuesto, nadie encontró tampoco dicha estatuilla.
Gregorio Duval, El libro de los hechos insólitos
Gabriel Morató Rubio says
Es un tanto extravagante pensar que alguien pudo sobrepasar las medidas de seguridad o de identificación cuyo principal objetivo es evitar situaciones como la previamente señalada; sin embargo, todas fallaron o fueron evitadas. Puede darse por sentado que el “personaje” era un gran ladrón o que al menos poseía las habilidades de uno aunque, a mi parecer, puede que la respuesta no sea tan plana. Yo opino que existen varias otras posibles razones por las que él se podría haber salido con la suya. 1) Es posible que la gala de los Oscars flaquease en seguridad en los años 40. 2) Puede que hubiese un conspirador que, como cómplice, le ayudó a sobrepasar las medidas. 3) Existe la posibilidad de que todo estuviese planeado desde el inicio por ella o la propia gala de los Oscar, ya bien puede que por fama o bien otras razones.
Joana Andonegui says
En muy pocas líneas este escrito consigue describir de forma precisa la historia y a la vez te hace pensar quién pudo haberse llevado de forma tan misteriosa el Oscar, cómo supo que Alice tenía el tobillo roto,cómo entro a la ceremonia sin tener invitación y, sobre todo, cuál fue el destino final del Oscar. En mi opinión, es un texto muy sugerente, intrigante, muy concreto en su información, y está muy bien escrito.
Tissale Boudjema Stiti says
Yo creo que lo que quiere decir esta pequeña oración, o dicho, es que cualquier acto de bien, como puede ser ayudar a alguien son que nadie te lo haya pedido anteriormente es un acto tan bonito que no tiene precio. Ese acto ha sido de tan gran ayuda que el simple hecho de haber ayudado a alguien, por ejemplo, el sentirte bien después ya es una recompensa mayor de la que nadie te puede ofrecer, el simple hecho de sentirte bien contigo mismo después de haber ayudado o haber hecho algún acto de bien.
Tatiana says
Este texto me ha llamado mucho la atención. Una historia así merece una película en su honor. Nunca habia escuchado este acontecimiento y supongo que es porque fue hace mucho tiempo. Todavía no logro entender cómo hizo el polizón para entrar a esa maravillosa gala, coger la estatuilla y largarse sin muchos problemas. Me causa tristeza por Alice Bradley porque no recibió su Oscar original y nunca se encontró al responsable.
Ellie Alberdi says
Este suceso para nuestra época, como la de los años 30, es algo muy extravagante, porque, ¿a quién se le ocurriría hacer algo parecido? Pues pongámonos en la situación de este hombre. Vivía en un tiempo en el que la seguridad no era tan buena, por lo que podría haber infiltrado con facilidad. Además, podría llevarse algo, una estatuilla muy valiosa, sin tener que hacer nada y a nadie se le había ocurrido esto. A pesar de haber cometido un delito, por robar, yo no creo que hizo nada especialmente malo, ya que no escondía nada de nadie. Me parece un poco genio que alguien pudiese pensar en algo así, en aquel tiempo.
Mikhael Barricart says
Esta cita habla sobre la polémica que hubo en el año 1938 cuando la actriz Alice Brady recibió el Oscar aunque no lo pudo recoger porque tenía el tobillo roto. Un hombre fue a coger el premio. Se pensó que había sido enviado por la actriz pero ella aseguró que no había enviado a nadie. Esto me parece una falta de respeto a la actriz y al público. Al final el ladrón se salió con las suya y eso no tenía que haber pasado. Deberían haberlo detenido porque se hizo con un premio cuyo esfuerzo era de la actriz y no pudo recibir su querido reconocimiento. Ese hombre debería estar en la cárcel.
Nerea Ainzúa says
Resulta de lo más llamativo el analizar el breve fragmento superior puesto que deja en evidencia la fiabilidad del prestigioso cuerpo de seguridad de la gala. Más allá de la simple estatuilla, que adquiría un elevado valor económico, lo que destaca es la facilidad con la que el caballero se llevó el premio. El personal debió de haberse quedado estupefacto al igual que perplejo por lo acontecido. Como consecuencia de este suceso, los organizadores del evento en años siguientes implementaron un intenso despliegue de vigilancia, con el fin de que esto se quede meramente en anécdota. Porque sí, de los errores se aprende.
Irene Larumbe says
Este acontecimiento es muy inusual ya que hace falta crear un plan altamente detallado en el que esté todo calculado al milímetro para conseguir evitar las medidas de seguridad en un evento tan importante como la entrega de los Oscar de Hollywood, y además, cuando como en este caso sucedió sin que el responsable fuera identificado y sin que el crimen se supiera hasta días después. Es posible que este ladrón tuviera algún tipo de relación con la actriz y quisiera vengarse, o simplemente era un ladrón muy inteligente y tenía experiencia previa en este tipo de robos y una amplia variedad de recursos con los con los que sacar información a sus víctimas para ejecutar su plan a la perfección.