PAÍSES NÓRDICOS — Cuando una persona cae enferma de gravedad, la recomendación oficial es que se traslade al continente por si acaso fallece. La misma recomendación se aplica para mujeres embarazadas en los últimos meses de gestación. Así lo contempla la ley. Esta normativa, que no es tal, en sentido estricto, entró en vigor el año 1950. No es que en esta región, donde las temperaturas alcanzan los – 46 grados, hayan encontrado el secreto de la vida eterna, es que, en Longyearbyen no hay tanatorio ni se entierran cadáveres, el frío es tan extremo que los difuntos enterrados allí, sencillamente, no se descomponen. Cuando descubrieron esta singularidad, las autoridades decidieron prohibir a sus habitantes estirar la pata, por temor a que los cadáveres frescos pudieran expandir enfermedades.
Qué! (edición digital), 18 de marzo 2018