Los habitantes de Chong-quing, antigua capital del país, han optado por los túneles construidos durante la invasión japonesa para escapar de las temperaturas extremas que han azotado China este verano. Los «fangkongdong» o refugios antiaéreos consiguen rebajar hasta 10 grados la temperatura del exterior y los ciudadanos se las han ingeniado de tal manera que hasta han convertido algunos de ellos en restaurantes, librerías o incluso galerías de arte.
Pronto, 20 de agosto de 2022
Carla says
Me parece muy ingenioso por parte de los habitantes de Chong-quing reutilizar los túneles construidos en la invasión japonesa para resguardarse del calor y de las altas temperaturas que ha habido y sigue habiendo a estas alturas del año. Además de reutilizar los túneles también es eficaz porque pueden bajar hasta diez grados la temperatura del exterior. Por no hablar de la brillante idea en cuanto a abrir diferentes instalaciones como restaurantes, librerías u otros edificios culturales.
Jorge says
A mí me parece muy bien porque en esas noches cálidas viene muy bien dormir fresquito en un búnker frío aunque no siempre va a estar frío ni siempre va a funcionar correctamente. También se puede utilizar para lo contrario. Por ejemplo si una persona quiere gastar la broma de encerrar a otra en un búnker de este tipo cuando en el exterior hace mucho frío, ¿qué puede ocurrir? Puede romperse la puerta y se puede morir, literalmente, de frío si no va abrigado. No obstante, si el búnker tiene seguridad o se cierra en climas fríos, no ocurriría esto.
David Nieto says
Pienso que es una gran idea ejecutada por los habitantes chinos de Chong-quing. Han aprovechado los túneles abandonados e inútiles para un bien común (aguantar las altas temperaturas del verano). Además, es un sitio histórico en el que, si años atrás pasaron miles de cosas, ahora han convertido en un sitio habitable y de ocio. Con los restaurantes, librerías y edificios orientales (culturales) también puede atraer a muchos turistas y se podría decir que es un bien patrimonial. También, debe de hacer un calor terrible en China y si la temperatura baja 10ºC los habitantes de Chong-quing sentirán un mayor bienestar social. Aquí tenemos un gran ejemplo de que la humanidad ha progresado: los «fang kong dong» han pasado de ser un «salvavidas antiaéreo» a ser un lugar en el que descansar y refugiarse del calor.
Esther Fournier says
Creo que emplear búnkeres para protegerse del calor es una idea muy ingeniosa. Es curioso notar cómo cuando va avanzando el tiempo, los enemigos cambian. En el pasado fueron los japoneses quienes hicieron que los habitantes de Chong-qing se escondieran bajo tierra; hoy en día el adversario es nada menos que el cambio climático. Los restaurantes, librerías o galerías también contrastan con el ambiente que hubo en aquellos tuneles en tiempos de guerra. En conclusión, hay monumentos que perduran en la historia aunque su significado y la manera de ser vistos se modifican.